¿Te han contado alguna vez por qué los propósitos de año nuevo se hacen en enero? ¡Claro, porque es cuando empieza! Pues nada más lejos de la realidad… Nosotros conocemos el verdadero motivo.
Esta larga lista de importantes y beneficiosas decisiones se llevaba a cabo en diciembre. Durante este mes la gente se sentaba delante de un folio en blanco para dejar por escrito todas esas malas costumbres de las que debería deshacerse y cada uno de los objetivos que se proponía cumplir en el próximo año.
Los primeros hombres, muy comprometidos con la causa, cumplían rigurosamente con esa tarea y grababan en piedra su lista con esmero. Siglos después comenzaron a celebrar la Navidad y todo cambió.
Comidas familiares, regalos, visitas en casa, cenas de empresa… Cada vez era más difícil encontrar tiempo para dar forma a esos propósitos. Y para no perder esta buena costumbre decidieron retrasarlo a enero.
Y es que la Navidad no es tiempo para pensar en el futuro. Es un mes para disfrutar de las personas que queremos haciendo las cosas que más nos gustan. Es el momento perfecto para juntarte con tus amigos de toda la vida, de sacar horas o minutos para jugar con los pequeños de la casa y de sentarte a la mesa a comer con toda la familia.
Hay tradiciones, como os acabamos de contar, que varían con el tiempo. Pero la Navidad no es una de ellas. Tenemos el nacimiento, el turrón, el árbol, las luces en las calles, la cabalgata de reyes y por supuesto el plato de jamón ¡Hay cosas que no deberían cambiar nunca!
Desde Arte de Pata Negra queremos desearos una muy feliz Navidad y adelantarnos a daros las gracias por confiar en nosotros y elegirnos para pasar estas fiestas juntos.